A principios de la década de los 1970 se estableció esta designación a un baile y música caribeños que era bailado y tocado por latinoamericanos en USA. La salsa tiene sus raíces en la música cubana y en el ritmo del baile "son" pero se ha convertido en algo tan internacional que nadie asocia a un país en especial. En la década de los sesenta tuvieron lugar los estilos puertoriqueños bomba y plena, convirtiendo a la salsa en una identidad cultural común para inmigrantes puertoriqueños y otros latinoamericanos.
Dicen que un antiguo antecedente de la Salsa es la Contradanza bailada en Versalles, que pasó a la corte española, y de allí al Caribe, durante la colonización, con el nombre de Contradanza; así llegó a Haití y a la Habana.
Otro factor fundamental en el origen de la Salsa lo constituyen los ritmos africanos que los esclavos africanos mantenían en sus ritos religiosos. La inmigración proveniente de Haití a la Habana da origen al “Son Cubano”, pero no es en Cuba donde nace la Salsa.
Después de bailar la contradanza al ritmo habanero los cubanos dan origen al “Danzón”. Luego llegó el “Son Oriental “ a principios de los años 30. Llegó el “Mambo” en los 40 y el “Chachachá” en los 50; la “Pachanga” en los 60 y así sucesivamente, hasta llegar al “Songo” en los 80 y por supuesto a la “Timba” en los 90. La Timba, también conocida como Hipersalsa no es un nuevo ritmo, sino un nuevo sonido que nace en Cuba, donde se fusionan el Son, la Salsa, el Rap y el Pop y se puede bailar en pareja o en forma individual.
Siguiendo con la historia de La Salsa, luego de la Revolución del 59 y el exilio de muchos músicos cubanos a los Estados Unidos, llegó ésta al ambiente musical en New York y estos músicos latinos experimentaron con los nuevos sonidos y estilos que provenían de los Estados Unidos, y mezclaron elementos del Jazz y el Rock popular.
Antes, en 1947, el mundo estaba sufriendo los estragos de la postguerra y los hombre y mujeres norteamericanos no tenían tiempo ni dinero para la diversión, de ahí que el famoso salón neoyorquino de baile Palladium, en el que bailaban hasta mil parejas, sufriera una crisis económica seria. El gerente , un señor de apellido Moore, vio la necesidad de darle un nuevo aire a su negocio trayendo a su salón la música del Caribe y comenzó la construcción de un club especial, en el que los domingos organizaban matinés bailables para los hispanos inmigrantes. Así surgió el Blen Blen Club y el nuevo movimiento musical latino en el que el sabor de Cuba se combinaba con las armonías del Jazz, llamado por muchos “ Jazz Latino “. Al lograr este movimiento tanto éxito, da comienzo a la nueva era del Palladium y éste club volvió a llenarse. Al poco tiempo tenían en el Club la presentación de Tito Rodríguez y por supuesto, el gran Tito Puente. Muchos músicos emigraron de Cuba como es el caso de Celia Cruz y la Sonora Matancera.
Es entonces, en las calles de Nueva York, específicamente en los barrios latinos de la gran Manzana donde nace la Salsa, en los años 60 y no en el Malecón de la Habana entre tragos y juegos, ni tampoco dentro de los grandes hoteles de la capital cubana.
Con los años vendrían nuevos interpretes como Willie Colón, Hector Lavoe; Johnny Pacheco, Cheo Feliciano, Oscar De´León, Ruben Blades y muchos más, y estos dieron a la Salsa el lugar que se merecía dentro del ambiente musical internacional.
Según la cantante Celia Cruz, “ Salsa es una manera diferente de nombrar la música cubana. Es una combinación de mambo, de chachachá, de son.......... y de otros ritmos cubanos reunidos en uno sólo “.
En Estados Unidos surgieron distintos estilos de bailar la “Salsa”, entre ellos : la Salsa Casino, Los Angeles Style, la Salsa Line Dance y la Rueda Casino, de la que vamos a comentar un poco por estar de moda aquí en nuestro país. También tenemos, la Salsa Puertorriqueña y nuestra “Salsa Criolla”.
La Salsa en Venezuela todavía se encuentra en su adolescencia en la forma como se baila, pero con muchas ganas de madurar y poder llegar al nivel que otras localidades del Caribe tienen. Nosotros bailamos de una manera muy particular la Salsa, tenemos una mezcla del sabroso puertorriqueño, con los pasos y el meneo de la Cumbia Colombiana y el rico Merengue Dominicano.
Actualmente, está muy de moda la Salsa Casino o Rueda de salsa.
La Salsa Casino tiene sus raíces en el Danzón, así como, su derivado, el Son, el Guaguancó, el Chachachá y el Mambo ( ritmo mundialmente famoso del Club Tropicana en la Habana en 1943 y popularizado por Pérez Prado ). En Cuba este tipo de Salsa se le conoce como Rueda Casino, y es la forma de bailar dos o más parejas, que interactúan entre si y se intercambian de pareja, logrando figuras vistosas y alegres coreografías. Siempre las parejas van guiadas por la voz de un líder, quien está incluido en la Rueda y anuncia los pasos o figuras que todas las parejas deben realizar a un mismo tiempo y compás. Los pasos tienen nombres muy particulares como son: Vamos pa´bajo, Dame una, Enchufa, Pégale un cacho, etc. Existen más de 120 pasos en el baile Rueda Casino.
Para muchas personas la Salsa es solamente un tipo de música latinoamericana, pero para otras personas la Salsa es una forma de expresión y de sentir.
Merengue
Se discute aún el origen del merengue. Entre las opiniones diferentes acerca del tema encontramos:
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Fué Alfonseca quien inventó el merengue (Flérida de Nolasco).
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Su origen y aparición se pierde en las brumas del pasado (Julio Alberto Hernández).
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Nació con carácter de melodía criolla tras la batalla de Talanquera donde triunfaron los dominicanos (Rafael Vidal).
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Parece ser que el merengue se desprende de una música cubana llamada UPA, una de cuyas partes se llamaba merengue. La UPA pasó a Puerto Rico, de donde llegó a Santo Domingo a mediados del siglo pasado (Fradique Lizardo).
Al parecer Lizardo se acerca al meollo de la cuestión. En 1844 el merengue aún no era popular, pero ya en 1850 se puso de moda, desplazando a la Tumba. A partir de ese momento tuvo muchos detractores.
A principios de la década de 1850 se desató en los periódicos de la capital dominicana, una campaña en defensa de la Tumba y en contra del merengue que reflejaba el auge que iba adquiriendo el merengue en detrimento de la última.
Don Emilio Rodríquez Demorizi dice: "Los orígenes del merengue siguen pues, en la niebla. No parece que pueda atribuirse a origen haitiano. De haber tenido esa oscura procedencia no habría gozado de boga alguna en 1855, época de cruentas luchas contra Haití; ni los que en ese año repudiaban al merengue habrían dejado de señalar tal procedencia como suficiente motivo . Tampoco lo señaló Ulises Francisco Espaillat en sus escritos contra el merengue en 1875".
En realidad, poco se sabe en concreto acerca del origen del merengue. A mediados del siglo pasado, de 1838 a 1849, un baile llamado URPA o UPA Habanera, se paseó por el Caribe llegando a Puerto Rico donde fue bien recibido. Este baile tenía un movimiento llamado merengue que al parecer es la forma que se escogió para designar el baile y llegó a nuestro país (República Dominicana) donde ni siquiera se mencionó en los primeros años. Posteriormente fue bien acogido y hasta el coronel Alfonseca escribió piezas de la nueva música con títulos muy populares como "¡Ay, Coco!", "El sancocho", "El que no tiene dos pesos no baila", y "Huye Marcos Rojas que te coje la pelota".
La estructura musical del merengue en la forma que se puede considerar más representativa, constaba de paseo, cuerpo o merengue, y jaleo. Se le quiere atribuir a Emilio Arté erróneamente el haber agregado el paseo al merengue tal como existía en su época. Toda la música se escribe a un ritmo de 2 x 4 y existen discrepancias en cuanto al número de compases que deben constituir cada parte, pues se abusaba a veces al alargarlas "ad infinitum".
Las formas literarias que acompañan al merengue son las más comunes dentro del arte popular la copla, la seguidilla, y la décima, apareciendo pareados de vez en cuando.
Desde el principio el merengue se interpretó en los instrumentos que poseía el pueblo y que les eran más fáciles de adquirir, las bandurrias dominicanas, el Tres, el Cuatro. A fines de siglo pasado hizo su entrada por el Cibao el acordeón diatónico de origen alemán que por su fácil manejo desplazó la bandurria. Por sus escasas posibilidades melódicas este instrumento limitó la música que interpretaba y así el merengue se conservó en cierta forma desvirtuado con relacion al original.
Con esta variante el merengue se adentró en la sociedad dominicana, integrándose por completo con ciertos sectores sociales desplazando inmediatamente a otras danzas que como la Tumba, por ejemplo, requerían de sus ejecutantes (bailadores) un gran esfuerzo mental y físico. Este último tenía once figuras diferentes. Es fácil de imaginarse por qué el merengue con su coreografía reducida a la más simple expresión pudiera desplazar a todos sus rivales y acaparar el fervor del pueblo.
A pesar de su auge entre las masas populares, la clase alta no aceptó el merengue por mucho tiempo, por su vinculación con la música africana. Otra de las causas que pesaron sobre el repudio y ataques contra el merengue fueron los textos literarios que lo acompañan, generalmente subidos de tono.
Por ejemplo:
"Tó loj' cuero* son de Santiago
y en Santiago ello' viven bien
y por culpa de'sa maidita
santiaguero soy yo también"
Otras danzas dominicanas de origen negro no fueron atacadas por su carácter de danzas rituales. Esto que chocaba con la concepción religiosa de los grupos de la clase elevada. Su mismo carácter ritual hacía que su práctica se restringiera a unos pocos lugares o días al año, con un alcance o difusión entre la población muy limitado. El merengue por el contrario por su carácter de danza de regocijo se introdujo con más facilidad en los lugares de fiestas generales y por esto la reacción en contra si bien fué fuerte, fué vencida por el sabor de su ritmo.
En 1875 Ulises Francisco Espaillat inició una campaña contra el merengue que fué totalmente inútil pues ya el baile se había adueñado del Cibao donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy esta región como cuna del merengue.
A principios del presente siglo músicos cultos hicieron una gran campaña para la introducción de esta danza en los salones. Los músicos populares se unieron a esa campaña, la que encontraba siempre la resistencia que inspiraba el lenguaje vulgar de las letras que acompañaban el ritmo. Juan F. García, Juan Espínola y Julio Alberto Hernández, fueron pioneros en esa campaña. Su éxito no fue inmediato ya que a pesar de que establecieron la forma musical del merengue, no pudieron conseguir que el merengue penetrara en "la sociedad" y se considerara como una creación del pueblo dominicano aceptándola sin aspavientos.
El panorama cambió a partir de 1930, pues Rafael L. Trujillo en su campaña electoral usó varios conjuntos de "Perico Ripiao" y logro difundir el aire nuevo a zonas donde no se le conocía previamente, ayudándole mucho en esa difusión el uso de la radio recién llegada al país antes del inicio de la dictadura.
A pesar de esta gran difusión y propaganda no se aceptó de pleno el merengue en lo que se llamaba "la buena sociedad dominicana" hasta que en una familia de la "aristocracia" de Santiago, en ocasión de la celebración de una fiesta solicitaron a Luis alberti, que iba a amenizar con su orquesta, que compusiera un merengue con "letras decentes", y éste accedió. Compuso para tal ocasión el "Compadre Pedro Juan", el cual no solo gustó, sino que causó furor, llegando a convertirse en el himno de los merengues. A partir de ese momento comenzó a diseminarse el merengue. Para esto la radio prestó una ayuda generosa.
Al diseminarse el merengue por todo el ámbito nacional, produjo, como toda manifestación cultural, variantes. Estas reflejan el manejo de los elementos culturales hecho al acomodo y conveniencia de algunos.
Como fueron músicos cultos los que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron de imitar y seguir este modelo mientras que el hombre de campo continuó tocando el merengue de la misma forma. Esto dió origen a dos formas de merengue bien diferenciadas entre sí. El merengue folklórico auténtico que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón. Este último es el que más se difunde y el que la gran mayoría de personas creen que es folklórico.
Bachata
El llamado bolero rítmico latinoamericano de los años 30 al 50 penetró en el gusto popular de los dominicanos.
Estos boleros se mezclaron con otras expresiones latinoamericanas que fueron muy populares en los años 50 en Dominicana (el corrido mejicano, el hupango, el bolero cubano, el pasillo, el vals, entre otros), y fue el cante de autores y cantantes como Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas (de Ecuador); Paquitín Soto, Odilio González (El Jibarito de Lares), el Gallito de Manatí, José Antonio Salamán, Felipe Rodríguez y Daniel Santos (de Puerto Rico); Rolando Lasserie, Bienvenido Granda, Orlando Contreras, Celio González, Orlando Vallejo y Antonio Machín (de Cuba); Guthie Cárdenas, Luis y Tony Aguilar, y Cuco Sánchez (de México); y Felipe Pirela (de Venezuela) quienes inspiraron a músicos populares como José Manuel Calderón, Tomy Figueroa, Inocencio Cruz, y Rafael Encarnación, para articular una expresión propia de la República Dominicana de los años 1960.
La música de José Manuel Calderón fue popular no sólo por sus hermosas letras sino también por su gran fuerza interpretativa y por el sentimiento que transmitía en sus canciones. Calderón acumuló muchos éxitos en su carrera tales como "Serpiente Humana", "Luna", "Sálvame" y otros más. En esta época, Rafael Encarnación cautivó a los amantes de este ritmo, pero su carrera fue acortada por su fallecimiento en un accidente de Tránsito, que tan sólo duró menos dos años en el medio artístico.
Puede pensarse que en esta primera etapa, la Bachata era una música marginal. Sólo escuchada en los llamados cabarets o prostíbulos. Sin embargo, constituía parte de una maquinaria cultural que estaba apoyada por una casa disquera local que poseía también una emisora de carácter nacional: La Guarachita. Esta empresa fomentó y difundió esta música para consumo de esos grupos sociales marginales, migrantes del campo a la ciudad y que con la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, desató la población sub-urbana en las ciudades dominicanas.
Una segunda etapa parece estar referida a la aparición de una segunda generación de cantantes que estaban promovida por esta productora. Fue así como surgieron voces como las de Luis Segura, Mélida Rodríguez ("la sufrida"), y Leonardo Paniagua, los cuales constituyen parte de una expresión que tuvo auge en los años 70 y 80, cuando declinan a favor de las expresiones más refinadas de la bachata, utilizando instrumentación electrónica, fusiones con otras expresiones modernas de la música (como las experimentaciones de Luis Días con otros ritmos caribeños y dominicanos).
Luis Segura se podría llamar el padre de la esta segunda etapa. Su éxito "pena por ti" a principio de los 80, abrió otra página en la historia de este ritmo. Esa canción aumentó la popularidad de un ritmo que no tenía la acogida necesaria para convertirse en una expresión con méritos propios. A partir de este éxito, se le despojó a esta expresión musical el aura de vergüenza que generaba en clases no populares.
Una tercera Etapa parece estar constituida por el surgimiento de formas digitalizadas para grabar la bachata, la introducción de otros aires e instrumentos, y un nuevo sentido de la lírica, cuyas letras no acentuaban, como en las etapas anteriores, el doble sentido erótico sexual, la insinuación de un imaginario basado en lo concreto, sino en una procura de versos más poéticamente elaborado, con imágenes literarias más refinadas, aunque sin dejar de apelar al sentido que le había dado origen: las expresiones de amor-desamor; la nostalgia y la propuesta de estilos de vida donde la mujer es fuente originaria del amor y del deseo.
En esta etapa, la Bachata se internacionaliza, y cobra un auge inaudito. Desaparece por completo La Guarachita y su emisora. Aparece la figura del empresario y el promotor artístico internacional, y los artistas de la bachata se convierten en los ídolos de multitudes. Voces como Teodoro Reyes, Joe Veras, Luis Vargas, Antony Santos, Yóskar Sarante, Raulín Rodríguez, Zacarías Ferreiras, entre otros, forman la legión de las nuevas estrellas del género. Aparecen los dúos (Monchy y Alexandra), y los grupos (Grupo Aventura), que son parte de la nueva generación de artistas, algunos de ellos no-nacidos en República Dominicana.
La Bachata, reproduce el mismo espíritu meláncolico, nostálgico y de animosidad amorosa de otras expresiones musicales latinoamericanas como el llamado tango-canción de los barrios porteños de Buenos Aires, donde se combinaba la animosidad pasional (amor-desamor) con la nostalgia del migrante. Al igual, en la Bachata conocemos de esta nostalgia en la expresión musical debido al hecho de que esto coincidió con el período de mayor auge de la cultura sub-urbana proveniente de la migración rural-urbana a partir de 1961. En ese período se le conoció como "música de amargue" por ese sentido nostálgico que evocaba.
En las primeras etapas, buena parte de los artistas musicales nacionales rechazaban la bachata como género o estilo musical, pero en la actualidad artistas de renombre han incursionado en dicho género grabando bachatas e interpretándolas en concierto.